En dicha iglesia parroquial estuvo la imagen del Señor Crucificado hasta el año 1759 cuando, por deseos del Señor Arzobispo de Guatemala el Ilmo. Francisco José de Figueredo y Victoria, se trasladó a su nuevo templo: El Santuario de Esquipulas, mandado a construir en aquel gran campo que un día floreció de algodón y que hizo posible adquirir los fondos para mandar a esculpir la imagen.
El Santuario del Señor de Esquipulas
Con el paso de los años las peregrinaciones o “romerías” al Señor de Esquipulas fueron creciendo en número y la pequeña ermita no se daba alcance para atender las necesidades de los peregrinos. Alrededor del año 1740 llegó de visita a Esquipulas el recientemente nombrado Obispo de Guatemala Fray Pedro Pardo de Figueroa y siendo aquejado de una enfermedad incurable pidió su curación al Santo Cristo de Esquipulas. Luego de su curación prometió, en agradecimiento por el milagro recibido, construir un Templo de mayores proporciones.
Fray Pedro Pardo de Figueroa encomendó la obra de Construcción del nuevo Templo de Esquipulas a Felipe José de Porres, hijo de Diego y nieto de José de Porres, célebres arquitectos antigüeños.
Luego de la muerte de Fray Pedro Pardo de Figueroa, acaecida el 2 de febrero de 1751 en Esquipulas, es elegido para la Sede Arzobispal de Guatemala Mons. Francisco de Figueredo y Victoria, el cual con el mismo amor continuó apoyando los trabajos de construcción del Templo de Esquipulas. Al llegar el fin del año 1758 los trabajos se concluyeron y se fijó la fecha de bendición y dedicación del nuevo Templo para el mes de Enero de 1759.
Por encontrarse con quebrantos de salud el Señor Arzobispo Francisco de Figueredo y Victoria le pidió a los Señores Obispos de Chiapas y Comayagua que en su nombre fuera solemnemente bendecido el Templo de Esquipulas.
El día 4 de enero el Ilustrísimo Sr. Dr. Don Diego Rodríguez de Rivas y Velasco, obispo de Comayagua Honduras, aún estando delicado de salud, procedió a la celebración de los ritos de Bendición del Nuevo Templo del Señor de Esquipulas en compañía del Ilmo. y Rvmo. Sr. Mro. Don Fray de José de Montezuma, Obispo de Ciudad Real, Chiapas y del clero que se dio cita para esa ocasión. Estuvo presente también el Muy Ilustre Señor don Alonzo de Arcos y Moreno, Presidente de la Real Audiencia de la Ciudad de Guatemala, Gobernador y Capital General del Reino.
El día sábado 6 de enero se efectuó el traslado de la Imagen del Señor de Esquipulas a su nuevo Templo. Se organizó la procesión y en el itinerario los sacerdotes de Camotán, Tejutla, Jutiapa y Mita elaboraron preciosos altares para recibir las bendiciones del Señor a su paso. Ese día hubo Misa Solemne y Sermón Panegírico por la mañana y moral por la tarde, para cuyo efecto se invitaron a predicadores de la Ciudad de Guatemala. La concurrencia de devotos era muy grande, al igual que durante todo el novenario.
Las festividades concluyeron el día 18 con el traslado de los restos mortales de Fray Pedro Pardo de Figueroa de la Iglesia Parroquial hacia el Nuevo Templo donde fueron sepultados en medio de la admiración, devoción y gratitud de los allí presentes hacia el Arzobispo que les había mandado a construir magnífico templo y que desde ese momento yacería a los pies del Santo Cristo de Esquipulas.
La Basílica del Señor de Esquipulas
Con el paso de los años y con los avances de los medios de transporte y comunicación el número de peregrinos ha ido en un aumento creciente y por consiguiente la devoción al Señor de Esquipulas ha atravesado las fronteras patrias hasta hacer de Esquipulas la “Capital Centroamericana de la Fe ”.
En el año 1956 el Papa Pío XII erigió la Prelatura Nullius del Santo Cristo de Esquipulas. Esta Prelatura estaría conformada por el Municipio de Esquipulas y tendría como sede Catedralicia el Santuario de Esquipulas. El Papa también nombró como Primer Prelado de Esquipulas al Señor Arzobispo de Guatemala Mariano Rossell y Arellano, oriundo de Esquipulas. Una de las primeras preocupaciones del nuevo Prelado fue la búsqueda de una comunidad de religiosos que se hicieran cargo de la atención pastoral del Santuario. Luego de muchas iniciativas fallidas logró encontrar un fuerte apoyo en la Abadía Benedictina de San José en Lousiana, USA. El Domingo de Ramos de 1959 llegaron los tres primeros monjes benedictinos a Esquipulas para secundar los deseos de Monseñor Rossell y comenzar así la fundación del Monasterio Benedictino de Esquipulas que el día de hoy se ha convertido en una floreciente Abadía que atiende las necesidades espirituales de los peregrinos del Santuario y la atención pastoral a los fieles de las seis parroquias de la Prelatura.
Tomando en consideración muchos aspectos religiosos, culturales e históricos el Beato Papa Juan XXIII tomando en cuenta la petición realizada Monseñor Rossell elevó el Santuario de Esquipulas al rango de “Basílica Menor” en el año 1961.
El constante transitar de peregrinos por el Camarín del Señor de Esquipulas y el mismo paso del tiempo fueron dañando considerablemente las imágenes sagradas de Altar Mayor de Esquipulas. Por esa razón luego de muchas consultas y trámites legales se logró firmar el Convenio 09-93 entre el Gobierno de la República , representado por el Ministerio de Cultura y Deportes por un lado y por Monseñor Rodolfo Quezada Toruño, Prelado de Esquipulas y Presidente del Comité Pro-Celebración del IV Centenario. Los trabajos de restauración y conservación de las imágenes terminó el 17 de febrero del año 1994 siendo entregadas las mismas en presencia del pueblo de Esquipulas, Autoridades Eclesiásticas y del Gobierno de la República.
Todos los trabajos de restauración estaban también encaminados a permitir la mayor solemnidad posible ante la ya próxima Celebración del IV Centenario del Señor de Esquipulas el 9 de marzo de 1995. Para esta ocasión el Papa Juan Pablo II envió como Delegado Pontificio al Cardenal Miguel Ovando y Bravo quién en compañía de toda la Conferencia Episcopal de Guatemala celebraron la Sagrada Eucaristía dando gracias a Dios por los 400 años del Señor de Esquipulas.
Para Clausurar el Año Jubilar del Señor de Esquipulas se hizo presente el Santo Padre Juan Pablo II quién presidió la Santa Misa en el Valle de María el 6 de febrero de 1996 ante un inmenso número de peregrinos allí reunidos. Luego de la Celebración de la Santa Misa el Papa visitó privadamente la Basílica de Esquipulas para postrarse como un peregrino más ante la bella imagen del Señor de Esquipulas ante la cual oró por la paz de Guatemala.
Como un milagro más del Señor de Esquipulas la Paz , que ya había comenzado en el interior de la Basílica de Esquipulas con la firma de los Acuerdos de Esquipulas en 1986 en presencia de todos los presidentes de Centro América, fue firmada definitivamente en el año de la visita papal a Esquipulas el 29 de diciembre de 1996.